miércoles, 25 de mayo de 2011

ESTA NOCHE TE HE SOÑADO

Esta boca, estos labios, toda una noche te han recorrido en mis sueños. Estos brazos te han estrechado, ajustando su debilidad a tus músculos, tu cuerpo con mis caricias se ha encabritado, detenido, ha levantado el vuelo y en el posterior abandono me ha colmado de ternura hasta las lágrimas. ¡Como! ¿De que manera estos minutos fueron posibles, tú ya no estás, y la tierra gira, y mi corazón late? Estúpida exigencia de la vida, constante ingratitud, nada! ¡Qué me importa la gloria del día si no he de sorprenderla en tus ojos!, si no la interrogo entre tus hermosas pestañas.
Un gran vacío que estas palabras no pueden empañar se apodera de mí. Tu olor inunda las sábanas, apenas un ligero sudor masculino y de madera seca y ajenjo a la orilla de las playas. Tu cuerpo se mueve, y sobre ti los múltiples puntos oscuros, marcas de belleza, manchas que saben a gozo, tu lento y amoroso despertar. Sobre esta aurora que respira, el triángulo de noche, tupido de pelos brillantes. ¡Joven niño-rey, dios-travieso, mi amante mas deseado!Tu mano que estrecha mi sexo, suplicante como en la agonía, rebelde y ergido ¿Qué haría yo sin ella? Voy, con el ánimo descompuesto, por las calles donde la muchedumbre revienta. Te espero en vano. Tu gesto amoroso, tu sonrisa inclinada, condescendiente. Noche!! Llamo a la noche con sus drogas, contra esta inhumana espera. ¡Nosotros no hemos nacido para esto! ¡Esta boca y estos labios que solo son boca y labios para ti, y que besan a los demas como si fuesen huesos! ¡No,no, nosotros no hemos podido nacer para esto!

1 comentario:

anminei dijo...

Después de haber leido y releido lo que usted a expresado mostrando el deseo pero al mismo tiempo la dulzura que le caracteriza señor Ziryab, no tengo más que decirle que me ha fascinado. Me ha conquistado sintiéndome el protagonista mientras mis ojos se posan en cada una de las palabras que deboro ansiosamente. Y al mismo tiempo he sentido como mi cuerpo se revela, se excita, se siente lujurioso y vicioso. Como inconscientemente mis manos han acariciado mi cuerpo y mi sexo como si fuese el cuerpo más deseado que jamás he ansiado tocar.
En fin señor Ziryab. Como siempre, usted consigue que los cimientos de mi calma y mi cordura se revelen salvajes y excitados; y si este relato ha sido una vivencia suya daría parte de mi por ser la persona con la que ha soñado.

 
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